jueves, 5 de mayo de 2011

Obsesión compulsiva- Miguel Dorelo


Obsesión compulsiva- Miguel Dorelo

Tu boca.
Pasá, sentate.
Tu boca.
¿Querés que tomemos un café?
Tu boca.
¿Qué tal estuvo tu día?
Tu boca.
Parecés preocupado ¿Pasa algo?
Tu boca.
Estás muy callado.
Tu boca.
¿Por qué me mirás así?
Tu boca.

                                             Para Tori.
Y alguien más.

4 comentarios:

  1. Cuando reaccione_mos el poema y yo, regreso. De momento te dejo lo siguiente:

    Pasá, sentate... Y delirando con tu boca (la de ella).

    ¿Qué tal estuvo tu día? - Te quiero comer la boca (Idem).

    Yes, Sr.

    Un abrazo.

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  2. Gracias, Shade. El de Cabas es justo para el poema; muy sensual.Tan sensual como la boca de Tori Amos, que es la que inspiró este delirio...Y otra boca de la que no puedo dar detalles de su dueña porque puedo comprometerla y un caballero no hace cosas así. Yo sí, pero igual no voy a dar el nombre porque puede esto puede ser leído por su novio, je.
    Un beso ( ya que estamos con el tema).

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  3. Miguel Ángel, esto ya parece un concierto. Solo tuyo - Felipe Peláez.

    Mass media

    De los medios de comunicación
    en este mundo tan codificado
    con internet y otras navegaciones
    yo sigo prefiriendo
    el viejo beso artesanal
    que desde siempre comunica tanto

    Mario Benedetti

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  4. Mi querida Shade: recuerda siempre que tiendo a exagerar en lo que escribo; no estoy tan desesperado como el señor de la canción y que suelo basarme en emociones vividas que no necesariamente son de actualidad. Es cierto que hubo una persona, pero somos bastante incompatibles, ni uno es mejor ni el otro es peor,solo que en algún momento coincidimos y no funcionó. Este poema es principalmente para Tori Amos http://www.youtube.com/watch?v=uXVjWTxvYVQ y coinciden con esta señora en ser poseedoras de dos grandes bocas, por eso el agregado en la dedicatoria. Solo eso.Ella está en pareja y espero que le vaya bien porque tengo un buen recuerdo de ella. Ella de mi no, pero eso es seguramente por mi culpa.
    Coincido totalmente con Benedetti: el beso artesanal es un gran invento, je.

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